Taylor Swift, la estrella de 34 años, se enfrenta a un dilema poco común para muchos: decidir en cuál de sus múltiples residencias quedarse al regresar de sus giras.
Con una impresionante colección de propiedades de lujo repartidas por Estados Unidos, desde su Pennsylvania natal hasta Beverly Hills, Rhode Island, Tennessee, Nueva York y Nashville, la cantante no tiene escasez de opciones.
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Cada una se destaca por su tamaño monumental y un diseño interior exquisitamente elegante.
Según El Mueble, revista especializada en decoración, en el caso de Swift, se traduce en casi una decena de lujosas propiedades, reflejando su amor por estas apuestas y los escenarios de ensueño.
Entre las propiedades de Taylor Swift, la mansión en Watch Hill, Rhode Island, se destaca de manera sobresaliente. Adquirida por la cantante en 2013 por poco más de 17 millones de dólares, es un verdadero refugio personal y una joya arquitectónica.
Construida en 1904, fue sometida a numerosas renovaciones a lo largo de los años, resultando en una impresionante propiedad de más de 1.100 metros cuadrados.
La ANMAT prohibió la venta de estos remedios por ser "ilegales"
Situada en medio de una pradera verde y aislada, la mansión proporciona a Swift su "rincón más secreto" para escapar de los reflectores y las exigencias de sus giras internacionales.
Este aspecto privado y exclusivo ha inspirado a la cantante, incluso motivándola a escribir su conocida canción "The Last Great American Dynasty".
Taylor Swift posee una destacada residencia en Beverly Hills, California. Esta lujosa mansión se extiende por más de 3.000 metros cuadrados y cuenta con una pista de tenis, piscina, bodega y una zona de descanso al aire libre.
Además, siete dormitorios, siendo uno de los más notables el principal en la planta superior, que ofrece una terraza con vistas impresionantes del jardín.
Según una revista de interiorismo, la estructura es en forma de L y presenta un estilo neoclásico, caracterizado por sus proporciones simétricas y elegantes en cada habitación.
Esta propiedad en Nashville fue una de las primeras adquisiciones de Taylor Swift. Se trata de un amplio dúplex que ofrece vistas espectaculares de la ciudad.
Su interior se distingue por el uso de colores vivos y piezas de arte moderno, lo que contrasta con el estilo de sus propiedades posteriores, que tienden a tener tonos más suaves y refinados, según lo mencionado por la revista El Mueble.
En Nueva York, Taylor Swift posee varias propiedades, pero la más destacada es una mansión de tres pisos construida en 1915 y renovada por el arquitecto Leopoldo Rosati.
Considerada una de las favoritas de los fans, cuenta con cuatro dormitorios, cinco baños, un gimnasio, un spa con baño de vapor, suelos de roble francés y piedra caliza con calefacción radiante, así como una terraza con una pared de vidrio de papel japonés.
Finalmente, su propiedad en Nashville, que se destaca por tener el jardín más grande de todas sus residencias, es un refugio majestuoso para la artista.
Esta mansión, con un estilo tradicional y predominancia del color blanco en la decoración, cuenta con varios módulos y alas, una piscina y una zona más aislada para la privacidad de los invitados.
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