Cuando la música suena, algo se enciende en el cerebro. No es solo una expresión poética, sino una realidad científica que capturó la atención de especialistas de todo el mundo. La relación entre el cerebro y la música, especialmente en un contexto como un recital en vivo, es un campo fértil para la investigación.
Un par de estudios científicos independientes buscaron descifrar cómo las notas musicales, al ser procesadas por nuestro cerebro, se transforman en una cascada de emociones que pueden marcar momentos vitales de cada individuo.
¿Qué procesos se activan en nuestro cerebro cuando estamos en un recital, experimentando en primera persona la música de aquellos artistas que nos apasionan? Los especialistas responden este interrogante y los misterios neurológicos detrás de nuestro vínculo con las canciones en su expresión más poderosa.
Recientemente, un estudio dirigido por Sascha Frühholz, profesor de la Unidad de Neurociencia de la Universidad de Zurich, proporcionó nuevas respuestas sobre estas preguntas.
En una entrevista concedida a El País de España, Frühholz compartió detalles sobre su investigación, la cual se centró en la experiencia de la música en vivo y su capacidad para evocar emociones más intensas que la música grabada.
El estudio de Frühholz involucró a 19 voluntarios y dos pianistas en una serie de conciertos poco convencionales, donde cada participante, acostado en una camilla, era introducido en un escáner de resonancia magnética.
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Este entorno permitió al equipo investigador comparar directamente las respuestas cerebrales a la música en vivo frente a la música grabada. Lo notable del experimento fue el intento de crear una sincronía entre el pianista y el oyente, adaptando la interpretación musical en tiempo real en función de la actividad cerebral del participante.
Esta "empatía musical" demostró ser más poderosa durante las sesiones en vivo, evidenciando un nivel de conexión emocional que la música grabada simplemente no podía replicar.
La conexión profunda entre los músicos y su público es fundamental en los conciertos en vivo, ofrecen experiencias únicas tanto para los intérpretes como para los asistentes.
En otra comunicación del medio mencionado, una psicóloga especializada en trabajar con profesionales de la música, Rosana Corbacho, mencionó que esta conexión emocional es clave por varias razones:
Además, la relevancia de la música en vivo creció significativamente, como lo demuestran los ingresos de la industria:
El estudio de Frühholz sobre la música en vivo apunta a varios hallazgos importantes: