ROCíO CARRASCO DICE QUE EL MUSICAL DE SU MADRE LE HA SERVIDO COMO TERAPIA: "PARA QUE MI CABEZA NO ESTUVIERA PENDIENTE"

A Rocío Carrasco (Madrid, 1977), primogénita de Rocío Jurado, le cuentan los días para celebrar su nueva boda de portada de revista con quien en realidad lleva muchos años casada. Pero la señora de Fidel Albiac ya se casó ante Dios con Antonio David Flores. Estaba embarazada de tres meses y medio, de Rocío Flores. Fue el 31 de marzo de 1996, en la ermita de la Santísima Trinidad, también conocida como Ermita de las Vírgenes, en la dehesa Yerbabuena, de Castilblanco de los Arroyo (Sevilla). quiere santificar el amor por su marido, volver a casarse por la Iglesia y encima cobrar con esa excusa tan católica el dineral que le paga su amigo Luis Pliego, que patrocina generosamente el ataque de fervor religioso que invade a Rocío Carrasco y Fidel Albiac, quienes ya vendieron su boda civil a Hola.

Sin duda, su madre desde el cielo y la Virgen de Regla mostrarán casi tanto regocijo al verles unidos en el sacramento como los contrayentes al ver la transferencia de RBA, editora del semanario.

Entretanto, Rocío no está mano sobre mano mientras va y viene de las pruebas de su tercer traje de novia. Está con el musical de su madre, que justo pasa por Madrid. Rocío ya ha empezado a promocionar el paso del espectáculo por la capital y en su afán por dar notoriedad al negocio anda hablando con algún periódico. Cuenta que ver las fotos de su madre de joven, pero no las más recientes, las inmediatamente anteriores a la muerte de la cantante por cáncer de páncreas. En 2016, diez años después del fallecimiento de La Más Grande, su única hija biológica atravesaba un momento familiar que más tarde quedó recogido, según la versión de la hija de Pedro Carrasco, en la docuserie Rocío, contar la verdad para seguir viva (2021), un programa de televisión de 27 entregas que funcionó bien en su primera temporada, no tan bien en la segunda, pero que polarizó la audiencia de Telecinco hasta el punto de hacerle perder el liderazgo en favor de Antena 3 y suponer después la salida de Paolo Vasile como máximo ejecutivo de la filial española de la familia Berlusconi.

Después, llegaron los enfrentamientos de Rocío Carrasco con casi toda su familia, incluyendo la viuda de su padre, el viudo de su madre, sus tíos carnales, sus propios hijos y por supuesto su primer marido, Antonio David Flores, al que acusa de maltratador sin que una sola sentencia la haya dado la razón. Fue en ese contexto y justo cuando celebraba el décimo aniversario del fallecimiento de la Chipionera cuando decidió montar un musical sobre su madre, del cual sería productora.

En 2020 se estrenó Rocío Jurado, el musical, que lleva girando por España desde entonces y que llega este viernes (y hasta el domingo) a Madrid, con una nueva versión, al Teatro Albéniz de Madrid. El espectáculo protagonizado por Anabel Dueñas girará de Madrid a Alicante (10 de octubre, Teatro Principal), Barcelona (23 de noviembre, Teatro Coliseum) o Sevilla (12 de enero, Cartuja Center).

Rocío Carrasco sostiene que el musical dedicado a su difunta madre comenzó "como una obra muy modesta, pequeñita, sin grandes pretensiones ni grandes artilugios". Y añade que al final se ha convertido en un espectáculo que crece".

El musical narra la vida de una joven que se presenta a un casting, y mientras espera para hacer la prueba, va contando su propia existencia trasunto de la de Jurado. "Desde el primer momento decimos que esto no es una imitación: es Rocío Jurado. Eso que quede claro, porque todavía sigue ese malentendido de que se trata de alguien que imita a alguien. Ella es inimitable", declara la productora a El Mundo. "La única canción que no varía en ninguna de las veces es Algo se me fue contigo, la de la madre. Ahí me tengo que salir: la mayoría de las veces estoy en el patio de butacas y cuando empieza esa canción me voy, me voy, porque es injusto que porque yo no la pueda escuchar o porque a mí me haga llorar, la gente no la escuche. Es la que más daño me hace, pero es la que más me gusta", confiesa. "Hoy hay gente que me pregunta si mi madre era más alta que yo. Y no, era chiquita", aclara. "La gente tenía una imagen de ella, de verla en el escenario, y se piensa que medía 1,80 y que era una mujerona. Porque era lo que lo que Rocío Jurado transmitía. Esa fuerza desmedida, ese empoderamiento, y ese aquí estoy yo. Eso era la Jurado", dice su hija.

Carrasco vuelve a hablar de las acusaciones de maltrato hacia su ex marido, Antonio David Flores, y el distanciamiento respecto a los hijos que tuvo con él. Y del vacío que dejó su madre. El musical "me ha servido como terapia a la hora de enfrentarme a la realidad de que ella ya no estaba y para que mi cabeza estuviera pendiente, aunque fueran dos horas al día, de algo que no fuera lo que estaba sucediendo", reconoce.

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