MARI CIELO PAJARES SE SINCERA COMO NUNCA ANTES: "LOS HIJOS DE HEIDAR HACEN QUE ME SIENTA MADRE Y ME HAN ENSEñADO A SER MAMá"

Lleva mucho tiempo apartada de la vida pública, pero Mari Cielo Pajares ha decidido volver y lo hace con fuerza: lanza nuevo libro, “Óleo”, y además prepara varios proyectos de cine que espera que muy pronto vean la luz. Mientras tanto, intenta cuidarse todo lo que puede porque los últimos meses han sido complicados de salud. Junto a ella ha estado su chico, Heidar, con el que lleva dos años y desea envejecer.

María, cuéntame, ¿cómo estás?

Estoy bastante mejor. He pasado un mes un poco complicado de salud pero estoy recuperándome gracias a Dios y a unos médicos maravillosos.

El estrés que es malísimo, ¿no?

Dicen que el estrés mata y nos lo tomamos un poco a broma. No somos conscientes de la realidad pero te destroza el sistema inmunológico, no descansas, tu cuerpo no se repara; te sube la tensión, acelera el envejecimiento… Es cierto que lo mío solo ha sido un aviso, pero he llegado a tener tensiones de mucho susto y me han ingresado tres veces. Afortunadamente ya estoy muchísimo mejor.

Bueno, pues ahora a seguir con la promoción de tu nuevo libro, “Óleo”. Esto es como un hijo más, ¿no?

Desde luego (risas). Yo, antes de conocer a mi chico, Heidar, no era madre y mis bebés eran mis proyectos. Así que “Óleo” es mi niño, aunque escribí su guion para cine con 19 años. Ahora, con 48, estoy presentándolo en novela y te diré que es el favorito de mi padre.

¿Por qué lo has hecho novela?

Porque es la manera más inmediata de compartirlo con el público. Y quién sabe si después se convierte en película, que era mi primera intención.

No sería la primera vez que tú te pones detrás de las cámaras…

Yo empecé como actriz aquí de la mano de Santiago Segura, en “El oro de Moscú” y “Torrente 4”, pero en USA comencé a dirigir con muchísima suerte. Porque tú puedes escribir bien o mal, pero llegar a festivales, tener los 36 premios internacionales que tenemos como productora, como dirección y guión y más de 100 nominaciones es haber tenido la suerte de haber topado con los mejores equipos. Gracias a ellos he podido hacer mis sueños realidad.

¿Nunca te has quedado en blanco a la hora de escribir?

No. Convertir en arte algo que te ha pasado malo es súper terapéutico. Hacer una historia de ficción y echar todo lo terrible que llevas dentro es muy positivo. Así que si alguien está pensando en su casa, ojalá pudiera escribir un libro, que lo haga. Todos hemos nacido con el poder de escribir. Es más un querer empezar.

¿Cuándo empezaste tú a hacerlo?

Con 13 ó 14 años. Tuve una infancia mala y una adolescencia peor (risas). Y siempre empiezo mis novelas por el final. Me gustan los finales sorpresivos y el terror psicológico. Y los personajes siempre son gente que conozco; les pongo en una situación y me imagino cómo reaccionarían.

¿Y cuándo escribes?

Pues ahora lo tengo más difícil porque mi pareja tiene tres hijos, de 6, 8 y 10 años que viven con nosotros así que hay que hacer encaje de bolillos.

¿Y cómo es tu pareja?

Uf, increíble. Heidar no es una persona que ponga problemas con nada. Es un amor. Yo necesito admirar a mi pareja y a él le admiro porque es un padre ejemplar. Sé que a sus hijos nunca les va a faltar estabilidad. Es el padre que todo el mundo hubiera querido en su vida. Es bestial.

¿Te ves hasta el final con él?

Ojalá, pero para mí todas mis relaciones han sido así. Yo me llevo fenomenal con mis ex y Heidar lo entiende perfectamente.

Es un reto pasar de 0 a 3 hijos sin experiencia y ejercer de madre…

(Risas) Sí, ni te imaginas. Cuando yo conocí a Heidar estuvimos dos semanas solos y después ya le tocaban los niños y nos quedamos con ellos casi al cien por cien.

¿Te sientes como su mamá?

Ha sido increíble porque ellos hacen que me sienta madre y me han enseñado a ser mamá. Pero para ellos soy María, ellos tienen su madre y a mí me tienen para lo que haga falta. Siempre.

¿Tú querías ser mamá?

No, pero no me arrepiento de nada de lo que he hecho estos dos años y medio de relación porque son un verdadero amor. Yo he descubierto la Navidad con ellos porque ya te he dicho que tuve una infancia complicada…

Ahora tienes una familia.

Sí, han sido dos años y medio muy bonitos y muy intensos también (risas).

¿Ahora eres feliz?

La felicidad son momentos y ser feliz es una decisión. Si tienes salud… Yo los momentos de mi vida en los que más feliz he sido ha sido cuando no tenía pasta.

Tú eres una luchadora.

No, es más supervivencia. Si te quieres quedar, te quedas. Yo cuando tuve el trombo me dieron un 3% de vida…

Ahora vives en Marbella, ¿no?

Sí, me estoy ocupando de mi madre.

¿Oye, no piensas en casarte?

A mí me lo tienen que pedir… (risas). El tema formal me da igual, pero una celebración del amor, en la playa, con los amigos, me parece muy lindo.

¿Y un cuarto hijo?

¡No, no!

Ahora la relación con tu familia está mucho más calmada.

Sí, lo está desde hace muchos años. Pasó todo hace ¡30 años! y ahora estamos muy bien. No hay problema y si lo hubiera en un futuro jamás lo vais a saber por mi parte. A mí aquel tsunami me pilló muy jovencita. Ahora entiendo todo mejor y sé lo importante que es que en una casa los niños respiren paz aunque entre sus padres haya estallado una bomba atómica. Con Heidar es muy fácil porque con él no se puede discutir (risas), es un hombre maravilloso pero delante de los niños no hay ni un 'pero'.

Además, físicamente también estás muy bien, ¿cómo te cuidas?

El ejercicio para mí es una forma de vida, una religión y no me paso el día en el gym: 25 minutos cuatro veces a la semana son suficientes. Y en la cara me hago un masaje diario antes de dormir.

En redes también estás muy metida.

Cuando llegó la Covid no me quedó más remedio porque nos íbamos a quedar en la calle mi madre, mi tía y yo. Tuve que actualizarme, como los móviles, pero lo logré y a día de hoy sigue siendo una gran ayuda económica. Así que a todos los que me siguen se lo agradezco mucho.

Y qué otros proyectos tienes ahora.

Una antología de ciencia ficción para Círculo Rojo y un largometraje con Bruna Rubia para finales de este año o principios del 25. Y ójala “Óleo” pueda llegar a la gran pantalla porque sería una gran alegría para mi padre. De hecho, le encantaría hacer el papel del tío de la mansión porque es muy cortito pero muy simbólico.

¿Y le darías el papel?

Por supuesto. Mi padre es un excelente actor. Un maestro.

¿Cuál es tu sueño ahora?

Darle estabilidad a los míos. Y tener mi espacio para crear. Cuando he pasado momentos difíciles me refugiaba en la ciencia ficción porque era la mejor manera de alejarme de la realidad.

La belleza de Mari Cielo Pajares, al descubierto

Antes de irme a la cama… Un trocito de chocolate negro y suplemento de magnesio; una duchita rápida, ofrezco mi cariño a mi pareja (risas) y me pongo mis frownies en la frente y entrecejo; cremita Xhekpon en cara y escote y a dormir. Ah, y prohibido pensar en nada que no se pueda solucionar en ese momento.

En mi neceser siempre llevo... De todo; parece el bolso de Mary Poppins: gel, champú, pasta de dientes, maquillaje, pinzas de depilar…

Mi perfume favorito… No utilizo perfume. Esencia natural, sí, de sándalo, vainilla y mirra (depende de la zona del cuerpo).

Ducha o baño. Ambos. Soy un pez. Empiezo por caliente y termino con fría.

Ejercicio… 4 veces por semana, 25 min. Sin máquinas, con mi propio peso. Y ando 10.000 pasos diarios. Principalmente por salud.

Nos citamos con Mari Cielo Pajares en el restaurante Bocanegra

Quedamos con Mari Cielo Pajares en el restaurante Bocanegra, de Madrid, que está situado en el emblemático Palacio del Marqués de Casa Riera. En él conviven de maravilla dos propuestas de cocina diferentes: un restaurante de corte canalla, con una cocina mediterránea con toques internacionales, y en el jardín exterior una terraza climatizada con carta propia, tanto de comida como de cócteles, para una velada más informal.

Estilismo: María Álvarez | Maquillaje y peluquería: Javier Reyes | Agradecimientos: Restaurante Bocanegra, Madrid.

2024-09-05T08:57:34Z dg43tfdfdgfd