La princesa Leonor sigue disfrutando de sus recién estrenadas vacaciones. El pasado 19 de junio acabó el curso en la Academia General Militar de Zaragoza y, tras participar ese día de los actos por el décimo aniversario de Felipe VI como Rey, la heredera al trono viajó a Huesca, la primera parada de su verano, donde se la ha visto varios días con un grupo de amigos. Después de que el lunes acudiera a las fiestas de Jaca, donde bailó a ritmo de pop español y se montó en los coches de choque con su pandilla de cadetes, la princesa de Asturias ha seguido con las celebraciones en honor de Santa Orosia y San Pedro que acabarán el sábado.
Este miércoles por la tarde se la vio en la céntrica plaza de San Pedro de la localidad oscense donde estuvo bailando como una chica más entre la multitud y arropada dentro del grupo de sus compañeros militares, según varios testigos. La heredera al trono llevaba una coleta alta, camiseta de tirantes en color claro y pantalón. Al rato, la Princesa y su escolta se dirigieron hacia la Ciudadela.
En su ruta jaquesa, la Princesa también ha pasado por varios establecimientos del municipio como El Jolio, un hotel muy céntrico, pero más alejado de la zona de bares, con restaurante acristalado en donde fue vista comiendo. La Princesa está exprimiendo al máximo su estancia en Jaca, disfrutando de la alegría de las peñas y de los actos tradicionales de una localidad que está viviendo unas fiestas que este año tienen una visitante tan ilustre.
'Me siento una mañana más'
No hay duda que el paso de la heredera por Aragón le ha dejado huella. En este primer año que ha vivido en la Academia Militar ha hecho amigos, ha sabido lo que es la disciplina del Ejército y ha podido vivir las primeras grandes experiencias de su vida adulta. La región también está encantada con la especial vinculación de la princesa de Asturias con su tierra y por eso el pasado mayo la concedieron las Medallas de Aragón, de las Cortes y el título de Hija Adoptiva de Zaragoza.
Emocionada, la cadete Borbón Ortiz recordó en su discurso cómo su ingreso en La General el pasado 17 de agosto, estaba lleno de expectativas “en parte por todo lo que me había contado mi padre, aunque también sabía que algunas etapas no serían fáciles”. “Aterricé en la Academia General Militar con ilusión y muchas ganas de aprender y conocer tanto a mis compañeras y compañeros de promoción, como de las otras promociones con las que he compartido este año. Les puedo decir que lo que he vivido aquí supera con creces lo que pensaba hace diez meses. En Zaragoza, en Aragón, me he sentido en casa, acogida y acompañada en una tierra que siempre formará parte de mi vida”. Finalizó su intervención de la siguiente manera: “Gracias Zaragoza. Gracias Aragón. Gracias a todos los que habéis hecho posible que en este tiempo me sienta una aragonesa más, una mañana más ¡Gracias!”.